10 de junio de 2017

(Ganar un año.)

—Tal como apunta el propio Enric Juliana, las comisiones están para dormir los problemas. No sería mala idea ganar un año de tiempo y evitar males mayores, porque el gobierno del PP es muy capaz de llevar a España al nivel de Albania y arruinarnos a todos y condenarnos a la miseria, con tal de impedir un referéndum de autodeterminación en Cataluña. En ese año de tiempo muerto podrían ocurrir muchas cosas: por ejemplo, que el PP se disolviera o fuera disuelto de oficio (no caerá esa breva), y que Catalunya en Comú lograra la hegemonía política en Cataluña, etc., etc. Cualquier cosa es mejor antes que el desastre. No sé si esa pequeña reflexión política es demasiado elevada para la derecha radical nacional. Crucemos los dedos.

En fin, resumamos: ¿qué piensa hacer el gobierno del PP? ¿Meter al presidente y al gobierno de la Generalitat en la cárcel como hizo la CEDA con Lluís Companys en 1934? ¿Y qué cree el gobierno del PP que ocurrirá luego cuando san BCE deje de comprar deuda española? Se presta dinero a una democracia, capaz de arreglar por la vía política (y pacífica) los problemas políticos que sean, por difíciles y conflictivos que sean. Pero nadie presta dinero a una monarquía bananera con follones y violencias de semejante envergadura, y además contra una Comunidad Autónoma que representa el 20 % del PIB nacional. No sé, creo que hasta un niño de primaria puede entender eso. Pero la derecha radical española es otro nivel, como dicen en Brasil. No insisto más. Meneses predijo hace tiempo que el contencioso de Cataluña se llevaría por delante a la derecha radical inepta y a la monarquía. No hay mal que por bien no venga.

Adenda. Probablemente muchos españoles no entiendan cuál es el problema con Cataluña. Lo voy a explicar en una sola línea y de manera clara y hasta grosera, a lo Trump (pido disculpas de antemano, pero a veces toca ser gráfico): desde 2010, desde la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía, los catalanes ya no reconocemos la Constitución española como nuestra, y por lo tanto se la pueden meter por donde les quepa. Ese es el problema. Y cuando digo los catalanes me refiero al 80 % de la población, no a un puñado de políticos. Es la respuesta de los catalanes al atropello perpetrado por el Estado (por medio del Tribunal Constitucional) contra ellos y su autogobierno. Un problema, además, que se ha agravado sobremanera con el gobierno involucionista y ultramontano de Rajoy Brey, que es cuando el independentismo en Cataluña se ha disparado hasta porcentajes insólitos. El gobierno de Rajoy Brey ha sido la gota que definitivamente ha rebosado el vaso en Cataluña. Y aprovecho, ya puestos, para advertir que la reforma constitucional que pretende llevar a cabo el PSOE con el PP, con todo aquello de la "nación de naciones" y la "nación cultural", etc., avanzo que también se lo pueden meter por donde les quepa, y más todavía, pues toda esa serie de ñoñeces y disparates no sólo no arreglan nada, sino que empeoran la Constitución actual de manera manifiesta. Lo que debería hacer el "bloque constitucional" del PPSOE-C's es meter en la Constitución lo de España Una, Grande e Indivisible, que es en lo que realmente están de acuerdo y lo que de verdad les pirra, y dejar de marear la perdiz. En resumen, el contencioso de Cataluña es un problema difícil, y para resolverlo será necesaria mucha imaginación y buena voluntad política, la cual, lamentablemente, es inexistente por completo en los partidos del llamado "bloque constitucional". Así que tenemos dos problemas: el A y el B. Un problema (A) para el cual de momento (B) no hay posibilidad de solución. De ahí el ganar tiempo que propone el sensato Enric Juliana.

Lecturas recomendadas
- Enric Juliana, Una propuesta para Catalunya (10-6-2017) 

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