9 de octubre de 2017

(Incendiarios, ¿para qué?)




Declaración institucional de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, 9-10-2017



Todo el mundo mira lo que hace o hará Puigdemont y Cataluña y nadie mira lo que está haciendo el gobierno y el PP. Y lo que hace el gobierno del PP con el rey al frente, con la excusa de Cataluña, es pergeñar un autogolpe de Estado para acabar de una vez con la democracia instaurada en 1978, todo ello so capa de la defensa de la ley y de una Constitución que ya está definitivamente muerta. Autogolpe que acabará como el rosario de la aurora porque la sociedad española quedará tan dividida y enfrentada como la catalana. O más, porque en España no existe el civismo democrático que hay en Cataluña. Cataluña puede soportar esa escisión social, pero España, no. La Bestia, el nacionalismo fascista español, extremadamente violento y antidemocrático, nada tiene que ver con el nacionalismo cívico catalán.

Si es suicida para Cataluña la declaración de independencia, eso es evidente, más suicida es para España que el PP siga en el gobierno, o en general que simplemente siga, porque no debería estar ni en el gobierno ni en la oposición. Y el drama es que eso último no parezca tan evidente como lo primero. 


Coda
Respecto al PSOE, apela al diálogo mientras ayuda al PP a echar gasolina en Cataluña y en España entera. Ya hace tiempo que no nos sorprende este PSOE, condenado a ser el palanganero de la dictadura, como en 1923. Vergüenza. 

(Entre paréntesis, dedicado a Josep Borrell. Muy cerca de Via Laietana, en el Portal de l'Àngel, está la tradicional óptica de Can Cottet, donde Borrell podrá adquirir unas buenas gafas, porque desde luego el pasado domingo se equivocó de manifestación. O quién sabe, quizá no. En todo caso, lo dicho: pronunciar un discurso contra los nacionalismos —que personalmente suscribo— frente a un público de enfervorizados nacionalistas, es cubrirse de gloria. Cosas del PSOE "progresista".)

En cuanto a imputar el delito de rebelión a Puigdemont, presidente de la Generalitat de Cataluña, eso es propio de Estados totalitarios como la Turquía de Erdogan o Egipto, pero en la UE no cuela ni harto de vino. 

En resumen, a los ciudadanos españoles de a pie parece que ya no nos queda más que contemplar y padecer la escalada de violencia institucional y social que se avecina. Iñaki Gabilondo se preguntaba hace unos días por el fracaso de la democracia en España: el gran fracaso de la democracia en España es no haber disuelto el PP a tiempo.

Lecturas recomendadas
- Javier Pérez Royo, Por qué es necesario un referéndum sobre la monarquía (9-10-2017) 
- Editorial / La Vanguardia, La hora de la verdad (10-10-2017)
- Luciano G. Egido, Otra vez el Cara al sol (10-10-2017)  
- Alfons Cervera, La patada en la puerta (24-9-2017) 
- Cristina Fallarás, La insensatez de Borrell (10-10-2017)
- Iván H. Ayala / Giusepe Quaressima, Cataluña, y como Rajoy se disparó en los pies (10-10-2017)

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